Posted by Literatura y teatro at 9:45
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Por Jonathan Minchala F
Es una novela corta compuesta por 11 historias que se pueden leer de forma independiente. El escritor utiliza como recurso un prefacio que es redactado en forma de noticia, en donde cada frase corresponde a una parte de un cuento. El puñal es el núcleo de todas las historias.
En una entrevista a Santiago Páez, en el diario “El Universo”, le preguntaron lo siguiente: ¿En su última novela, Puñal; todo es ficción? A lo que el autor responde: “Todos los protagonistas son reales; a ellos yo les he conocido en diferentes etapas de mi vida; son unos personajes que no han llegado al extremo de lo que ocurre en la novela, pero que han estado próximos…”
Me parece apropiado comenzar con esta afirmación del autor sobre su novela, porque creo que a muchos escritores (si no todos) son formados por la vida y la experiencia. “La ficción es el campo básico de la literatura” nos dice Santiago Páez, pero en este libro vemos como la realidad y los personajes cotidianos forjaron este texto. En uno de los cuentos aparece una viejita que se quiere matar y utiliza a su nieto para que le traiga un puñal y así ella logre “librarse de este cuerpo” convertirse en dragona y volar. Esa abuela y ese nieto son la madre de Páez y su hijo. Santiago nos dice con respecto a ese texto “mi madre estaba muy mayor cuando mi hijo nació y luego fueron una especie de cómplices muy raros; hablaban una especie de idioma propio; los dos estaban en otro mundo y se comprendían ahí.”
Foto del diario Hoy
El puñal se ve aquí como un arma que tiene dentro de sí “la potencia de la muerte” y que siempre está al servicio de “cumplir con ese gesto terrible del que los humanos hemos abusado tanto.”. En todas las historias el puñal esta de alguna manera oculto, ya sea en un cajón, en una vitrina, debajo del colchón etc.
A medida que va avanzando la novela en cada fragmento se hace más evidente la muerte y en los últimos cuentos se llega a ella de forma tan escandalosa y abierta, con un placer que solo lo produce la venganza (que es el otro motor para la mayoría de las historias). El último cuento es acerca de una monja alemana que es asesinada por un ex preso en Auchwitz. Una venganza que le dio descanso por el posible sufrimiento ejercido por los alemanes en la época nazi.
Muchos tipos de muertes a lo largo de la novela no fueron tan evidentes; algunas fueron impensables. Sin duda muchos de los personajes que cometieron el asesinato nunca cavilaron hacerlo; pero esa potencialidad asesina, tan cruel y fría, es efectiva cuando alguien lo activa. Es por esto que alabo esta novela porque deja ver el alma del hombre, no desde la perspectiva romántica amorosa, sino desde un contexto que induce a matar. Los personajes podemos ser nosotros, como nos dice Jean Paul Sartre “nos gloriamos cuando un hombre pisa la luna porque pensamos que si nosotros hubiéramos sido criados en ese contexto también lo habríamos podido hacer, pero no aceptamos que nosotros también podríamos ser un asesino en serie”.
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